A veces olvidamos que nuestro colchón no es eterno, pero nuestro cuerpo nos lo recuerda. Un colchón que ha llegado al final de su vida útil ya no puede garantizar un descanso eficaz. Por eso, si quieres seguir disfrutando de un sueño sano y reparador, debes estar atento a las señales que te alertan de que casi ha llegado el momento de cambiar tu colchón.
3 buenas razones para cambiar de colchón
La tecnología de los colchones ha avanzado mucho y los productos actuales son extremadamente cómodos y resistentes. Sin embargo, las cualidades de un colchón ecológico no son las mismas que las de un colchón de látex, y estos colchones no tienen ni las mismas características ni la misma longevidad. Para ayudarle a decidir cuándo cambiar de colchón, hemos identificado 3 tipos principales de molestias.
Falta de apoyo
Es la primera señal de que un colchón ha dejado de ser útil.
Al fin y al cabo, el soporte es la función más importante de un colchón, y todas las tecnologías actuales pretenden mejorarlo. Un colchón que está perdiendo su soporte puede apreciarse a simple vista, aunque también sea visible en nuestro cuerpo. Presenta un relieve irregular salpicado de agujeros y protuberancias. En el caso de los colchones de gama baja, los problemas pueden aparecer muy rápidamente, al cabo de apenas un año. Sentirás molestias por la noche, ya que se vuelven demasiado blandos debido al desgaste de sus componentes. También deberías cambiar cuanto antes un colchón de muelles si presenta una superficie abombada y notas los muelles en la espalda.
Falta de higiene
Algunos colchones, como los de espuma, tienen menos capacidad para evacuar la transpiración. Nuestra transpiración favorece la proliferación de ácaros, microorganismos que desprende nuestra piel y que son responsables de ciertas alergias. Así que no dude en cambiar de colchón en cuanto aparezcan alergias más frecuentes. Un colchón que huele mal suele tener el mismo origen.
pérdida de autonomía de sueño
Un colchón en el que ya no se puede dormir con 2 personas, sin sentir cada movimiento del otro durmiente, es un colchón que ha renunciado al fantasma. Sus componentes ya no proporcionan un confort de descanso independiente, lo que es especialmente molesto en un colchón de muelles. Además, este tipo de colchón tiende a ser ruidoso, lo que no es bueno para la paz doméstica
¿Cómo conservar un colchón durante más tiempo?
un colchón desgastado tiene una serie de inconvenientes que repercuten directamente en nuestro sueño y nuestra forma física. Los dolores de espalda y cuello y los microdespertares más frecuentes son el precio que tenemos que pagar por un colchón en desuso. Pero si no quieres cambiar tu ropa de cama con demasiada frecuencia, hay algunas cosas sencillas que puedes hacer para prolongar su vida útil.
Airearlo bien
Los componentes de los colchones actuales, como la espuma viscoelástica, son sensibles al calor. Por eso pierden su eficacia en una habitación demasiado cálida. Ventilar la habitación durante un cuarto de hora cada mañana refresca la cama y frena la proliferación de ácaros. Es una forma de preservar la salud de tu colchón limitando los efectos de la humedad sobre sus componentes.
Dale la vuelta
Para cambiar su colchón con menos frecuencia, le recomendamos darle la vuelta unas 4 veces al año. Cada durmiente tiene tendencia a dejar su huella en el colchón, sobre todo en las zonas donde su cuerpo pesa más, como la pelvis. Cambiar la dirección y el lado del colchón limitará este desgaste localizado. Los durmientes empedernidos hacen bien en no olvidar este pequeño gesto.
Un colchón debe cambiarse cada 10 años aproximadamente, aunque no existe una regla fija. Pero un colchón que responda a las necesidades reales del durmiente siempre durará más. Un colchón de látex natural bien cuidado puede durar hasta 15 años, mientras que algunos colchones que se venden a precios tentadores apenas superan los 2 años.